En la mayoría de los casos, esperamos que sea un día específico: inicio de un año nuevo, un lunes o nuestro cumpleaños para iniciar una nueva etapa o para hacer cambios en la vida. Sin embargo, solemos definir objetivos muy grandes sin un plan progresivo para su cumplimiento o sin estrategias adecuadas, por lo que generalmente a los pocos días, se pierde el entusiasmo y el impulso de la motivación inicial al no observar resultados inmediatos. Si deseas conocer más sobre cómo alcanzar metas de forma exitosa, puedes leer nuestro artículo anterior titulado: transitando el camino al éxito.

Lo que sucede en estos casos es que sentimos mayor frustración y experimentamos desanimo al creer que fracasamos o que somos incapaces de cumplir con los planes que intentamos emprender. Pero es importante analizar el por qué sucede esto: ¿la estrategia que estamos siguiendo es la adecuada? ¿estamos estableciendo metas en periodos de tiempo irreales? Avanzar resulta mucho más sencillo cuando diseñamos nuestros planes basándonos en un horizonte realista y con un criterio bastante objetivo de la situación.

 Habituándonos al cambio

Hay que tener presente que la única constante en la vida es el cambio. Nada permanece igual para siempre y mientras más flexible seamos para aceptar esta premisa, más fácil será llevar cualquier situación. Pero generalmente mostramos resistencia al cambio sobre todo cuando se presentan de forma brusca. Por ejemplo: si pretendemos iniciar una dieta vegetariana radical cuando siempre hemos consumido carne, nuestro cuerpo resentirá esta variación en la comida que está recibiendo, mostrando debilidad, cansancio y otros síntomas mientras se adecua a su nueva alimentación; lo mismo sucede con cualquier actividad que iniciamos de manera súbita: vamos a presentar una reacción negativa inicial que en muchas oportunidades es la que nos lleva a desistir.

 Avanzando a pequeños pasos

Cuando internalizamos la idea de que cualquier cambio que deseemos implementar o hábito a romper no se va a lograr de un día para otro, empezamos a crear planes para objetivos mucho más realistas tanto a corto, mediano y largo plazo; donde quizá la meta sea la misma, pero al dividir el proyecto y llevarlo a través de guías más sencillas y con tiempos adecuados, resultan más sencillos de cumplir, fomentando también nuestra motivación al ver que si alcanzamos lo que nos hemos propuesto.

Compromiso con nosotros mismos

Al contar con una estructura y planificación completa, en efecto el camino hacia el cumplimiento de nuestros objetivos se hace más fácil, pero también debemos comprometernos con nosotros mismos y nuestra causa. Encontrar obstáculos siempre va a suceder, es nuestra actitud al hacerles frente lo que va a marcar la diferencia. Nuestros sueños y propósitos no deben verse frustrados por un pequeño tropiezo, es la voluntad de salir adelante, de cambiar definitivamente aquellas conductas que nos perjudican y borrar las costumbres que no nos dejan crecer tanto personal como profesionalmente.

¿Has renunciado a los pocos días de empezar un nuevo proyecto? ¿Estas comprometido contigo mismo para alcanzar tus sueños?

Si quieres saber más sobre temas relacionados con alcanzar el éxito puedes contactarte con nosotros o escribir tu consulta en la parte de abajo (sección comentarios).

Imagen de Olichel vía pixabay.com bajo licencia creative commons.


Leave a Reply

Your email address will not be published.