
Suele suceder que en nuestro lugar de trabajo no contamos con un jefe con las cualidades de líder, sino que presenta una actitud toxica que hace daño al ambiente laboral al no permitir el correcto desempeño del potencial de los trabajadores y generar estrés. Lidiar con este tipo de personas no siempre resulta sencillo y requiere un buen desarrollo de la inteligencia emocional. Si bien se sabe que no son las condiciones ideales para trabajar, muchas veces tenemos que soportar a este tipo de personas por causas que se escapan de nuestras manos, sin embargo, podemos manejar la situación de tal manera que neutralicemos su efecto negativo.
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Identificando al tipo de jefe
Es necesario conocer realmente el tipo de jefe que se tiene para implementar las estrategias necesarias para controlar la situación que nos esta impidiendo tener un clima laboral agradable; ya que en algunos casos no se trata que el jefe sea una mala persona que disfrute haciendo sufrir a sus empleados, sino que no cuenta con la formación adecuada. Existen jefes que ponen demasiada atención a los detalles y mantienen una constante vigilancia, están los que su principal propósito es mantener el poder a través de la intimidación, los jefes aislados que solo interactúan en momentos de crisis, también tenemos a los autoritarios cuyas ideas y estrategias son impuestas sin considerar otras opiniones, los jefes preferenciales que causan división en los grupos de trabajo por tener favoritismos con ciertos trabajadores; siendo estos los más comunes.
Hablar es el primer paso
Si se trata de una persona que podemos identificar con buenas intenciones pero que no posee la capacitación o desarrollo adecuado en ciertas habilidades, la manera más sencilla para intentar resolver la problemática existente es hablar con él. Idealmente se debe pedir una cita para la reunión en un momento donde no haya prisas ni estrés; evitando abordar al jefe en horas de almuerzo o salidas. Se debe informar la situación y las fallas percibidas, utilizando un lenguaje apropiado y de respeto, también explicando de forma concreta las fallas percibidas; por ejemplo: la falta de atención en algunas tareas, la poca motivación percibida, las fallas en el trabajo en equipo, uso de un lenguaje ofensivo o denigrante, por mencionar algunas.
Neutralizando comportamientos tóxicos
Dependiendo del tipo de jefe con el que estemos lidiando se debe aplicar una estrategia particular, sin embargo, siempre es importante poner límites y no permitir nos intimide solo por el hecho de que se trate de una persona en una posición de autoridad; hay que ganarse su confianza, demostrar que somos trabajadores capaces y responsables por lo que no debe dudar de nuestras habilidades. También es importante ponerse en la posición del jefe y tratar de comprender sus necesidades y los retos que él igualmente está enfrentando. Podemos compartir nuestros conocimientos y ofrecer nuestra ayuda cuando notemos deficiencias en ciertas áreas que dominemos, ofreciendo soluciones y no problemas.
No se trata de un enemigo
En la mayoría de los casos no se trata de que el jefe tenga problemas personales directamente con nosotros, lo que conllevaría a tomar otro tipo de acciones; pero debemos entender que nuestro jefe no es un enemigo, sino parte del mismo equipo y se debe trabajar orientados al cumplimiento de los mismos objetivos. Y así como debemos informar las actitudes que afectan de forma negativa al grupo también debemos resaltar sus buenas acciones; no se trata de caer en adulación sino de ser objetivo y crítico.
Manejo adecuado de la situación
Las criticas y el comportamiento del jefe no deben tomarse de forma personal, se debe establecer una distancia emocional y dejar los problemas del trabajo separado del resto. Debemos analizar nuestro desempeño de igual manera y si estamos cometiendo errores o no estamos dando el máximo de nuestro esfuerzo tenemos que reconocerlo y tomar los correctivos necesarios. Si a pesar de todos nuestros esfuerzos y la problemática llega a un punto donde no se puede manejar lo más adecuado es comunicarse a través de los canales regulares con el departamento de recursos humanos y explicar la situación, de tal forma que se pueda canalizar la solución efectivamente; una forma de hacerlo puede ser a través de un coach ejecutivo; si quieres conocer un poco más sobre los beneficios que puede traer a la organización puedes leer nuestro artículo anterior titulado: el coaching ejecutivo: beneficios para todos en la organización.
¿Has trabajado con jefes tóxicos? ¿Sientes que como jefe has tenido comportamientos que perjudican el ambiente de trabajo?
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