Al hablar de la procastinación estamos haciendo referencia a la disposición que tiene el ser humano de posponer los asuntos pendientes, sin importar su relevancia o impacto en nuestras acciones tanto a corto como largo plazo; por lo que si se vuelve costumbre puede generar malos hábitos que afecten tanto nuestras actividades diarias, como el cumplimiento de objetivos mayores, por el simple hecho de evitar realizar un esfuerzo, que en inicio puede resultar hasta mínimo. La procastinación es algo común en todos nosotros, pero cuando ya no nos permite cumplir a cabalidad con nuestro trabajo o conseguir lo que queremos se convierte en un verdadero problema.
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La comodidad ante la responsabilidad
¿Por qué decidimos empezar la dieta el próximo lunes? ¿Por qué decidimos empezar el informe pendiente después de ver un capitulo más de nuestra serie favorita?, porque estamos eligiendo lo que queremos hacer antes de cumplir con la responsabilidad o los deberes que tenemos pendientes, muchas veces porque nos mantiene dentro de nuestra zona de confort. La procastinación puede convertirse en una herramienta quizá hasta involuntaria, para evitar la incomodidad de enfrentar nuevos desafíos, que pueden ser muy individuales, como podría ser postergar el dejar de fumar por no querer afrontar la ansiedad por abstinencia; pero hay casos donde no solo nosotros somos los afectados; ya que por ejemplo al no realizar una llamada a tiempo a cierto proveedor porque no nos parece simpático, podríamos estar perdiendo una gran oportunidad de negocios para nuestra empresa; es por ello que resulta necesario salir de esta sensación de seguridad y atreverse a escapar de la zona de confort, asumiendo las responsabilidades que nos harán marcar la diferencia en nuestra vida.
Estrategias sencillas para evitar procastinar
Muchas personas suelen decir que trabajan mejor bajo presión y dejan todo a última hora por este motivo; sin embargo, no se puede sobrestimar nuestra capacidad de administrar el tiempo, además que es necesario tomar en consideración los imprevistos que pueden afectar nuestro desempeño. Es importante establecer prioridades, por lo que es necesario definir cuales son las actividades que son de mayor relevancia y por lo tanto requieren mayor esfuerzo; lo que nos permitirá levantar una planificación que ayude a cumplir paso a paso los objetivos trazados. Esta estrategia puede aplicarse tanto a nivel profesional, utilizando herramientas para el seguimiento de proyectos o indicadores de gestión; como a nivel personal, donde hasta una simple lista de tareas a terminar o una agenda puede ayudarnos a programarnos para cumplir nuestras metas.
Manejo efectivo del tiempo
En algunos casos resulta muy fácil distraerse y vamos dejamos a un lado nuestras responsabilidades pendientes, postergando una y otra vez hasta que tenemos las fechas limites encima, lo que nos ocasiona apuros, presión y estrés que fácilmente se pudo evitar con un manejo efectivo de nuestro tiempo. En principio debemos suprimir nuestros mayores distractores; en la actualidad los teléfonos celulares, las redes sociales o los videojuegos suelen ser algunos de los elementos que suelen atraer nuestra atención y perdemos la noción del tiempo muy fácil con ellos; por lo si sabemos que son factores que van a afectar nuestra concentración lo ideal es apagarlos o si la tentación es muy grande, realizar nuestras actividades en una habitación diferente a donde se encuentren estos, lo que aplica para todo, incluso para personas, si tenemos algún compañero que suele hablarnos continuamente o un familiar que nos interrumpe, es necesario hablar con él y amablemente hacerle entender que nos encontramos ocupados.
Otra manera de aprovechar el tiempo, es dividir las grandes tareas en pequeñas y adaptarlas a nuestro cronograma particular, de esta manera el volumen de trabajo no se percibirá tan extenso y al ir finalizándolas nos sentiremos estimulados a comenzar la siguiente y mantener el ritmo. Para esto también se recomienda establecer plazos de acuerdo al peso de las actividades a realizar.
Ocuparse antes de preocuparse
De nada sirve vivir preocupándonos por no haber hecho cierta tarea cuando ni siquiera tomamos la iniciativa para comenzar. El primer paso a veces resulta el más difícil, pero es el que nos pone a andar el camino, por eso es tan importante mas que decidir, ejecutar. El pensamiento positivo, eliminar el “no puedo” de nuestro pensamiento o incluso el cansancio antes de empezar, ya que muchas veces al darse cuenta de lo complicado o extensas de las tareas, empiezan las excusas como falta de tiempo o que no tenemos la energía necesaria para terminarlo y que por eso no vale el esfuerzo. Para alcanzar metas hay que dejar esto atrás, crear hábitos en pro de nuestros objetivos y tomar las decisiones adecuadas que nos ayuden a esto.
¿Sueles postergar tus actividades pendientes? ¿Te resulta difícil dar el primer paso? ¿Estas dispuesto a comenzar a establecer prioridades y actuar a tiempo?
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