Un buen líder se toma el tiempo necesario para conocer a su equipo de trabajo y sobre todo para identificar las fortalezas y debilidades de cada uno de los miembros; esto no solo funciona como medio para engranar al grupo creando cierto equilibrio de acuerdo a sus capacidades, sino que resulta un elemento clave para el éxito de la organización y una ventaja estratégica ya que de esta manera se pueden asignar los puestos de trabajo de forma más eficiente, aprovechando al máximo el potencial de todo el personal.
Si bien el departamento de recursos humanos es el primer encargado de evaluar en general a los postulados para un cargo especifico, del cual se tiene un perfil detallado con las habilidades tanto duras como blandas que se requieren para ese puesto de trabajo, muchas de las fortalezas o debilidades no pueden ser identificadas o reconocidas de forma inmediata ya que se perciben adecuadamente ya una vez desempeñándose dentro de la organización. Por ejemplo: en una entrevista de trabajo una persona puede asegurar ser muy puntual pero una vez contratado tal vez demuestre todo lo contrario; por eso no solo basta hacer un análisis exhaustivo del resumen curricular, sino también verificar los soportes de trabajos anteriores; de esta manera podemos conocer un poco más sobre cómo ha sido el desempeño de esta persona en sus empleos previos. Si deseas conocer un poco más sobre las habilidades blandas, te invitamos a visitar nuestro artículo anterior las habilidades blandas y su importancia.
Las debilidades no son del todo malas
Todos tenemos debilidades, a mayor o menor escala, pero están presentes en cada uno de nosotros y esto no nos hace ser un mal trabajador o no estar capacitados para desempeñar un puesto de trabajo. El problema se presenta cuando no admitimos que tenemos ciertos fallos y, por lo tanto, nos negamos a hacer algo para mejorar esta situación; cuando la convertimos en una limitante nos estamos restando oportunidades de crecer y ser mejores tanto a nivel personal como profesional. En cambio, al ser conscientes de nuestras debilidades podemos encararlas y realizar las correcciones necesarias; también de esta manera obtenemos credibilidad y confianza con nuestros superiores al ser sinceros; más aún cuando verdaderamente ponemos de nuestra parte y pueden percibir mejoras en estas fallas.
Transformando las debilidades en fortalezas
Las debilidades siempre presentan oportunidades de mejoras, de encontrar la manera de convertirlas en fortalezas, es por ello que un líder debe hacerles frente a través de planes ya sea de forma individual o grupal; teniendo en cuenta que, al incorporar a todo el equipo de trabajo, no solo está reforzando lo que pueden ser fortalezas para algunos, sino fomentando el sentido de ayuda, compañerismo, pertenencia y amistad. De acuerdo a la debilidad que esté afectando a sus colaboradores, el líder debe diseñar un sistema que se adecue para atacar el problema de tal manera que se pueda apreciar el avance y revisarlo periódicamente, ya sea una tabla de asistencia, un registro de ventas, o similares, de esta manera se puede premiar a la persona con mayor progreso, donde no necesariamente debe ser una recompensa monetaria, puede ser una felicitación pública por su esfuerzo, un pequeño postre o incluso un detalle tan simple como una estrella dorada, donde la persona sienta que su trabajo esta dando resultados y es valorado por sus compañeros y superiores.
La comunicación siempre como base
Es importante mantener una comunicación efectiva con los integrantes de nuestro grupo de trabajo, como líderes se debe informar con frecuencia qué se espera de ellos, aclarar cualquier duda, escuchar los inconvenientes que puedan estar afectando su desempeño, de tal manera que sienta el apoyo por parte de la empresa, el impulso por mejorar y un aliento para creer que puede lograrlo. Hay que recordar que un líder siempre motiva a su equipo en el cumplimiento no solo de los objetivos estratégicos de la organización, sino también a alcanzar sus metas personales y profesionales a través del desarrollo de su potencial.
¿Podrías identificar adecuadamente cuáles son tus debilidades? ¿Sabrías establecer una estrategia apropiada para transformar las debilidades de tu equipo?
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